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jueves, 17 de mayo de 2012

"La silla roja" de LutxOspina Manzano


Carlos despierta muy temprano. 

El despertador marca ya las seis de la mañana.



Se levanta, y al que todos los días se prepara para ira trabajar. A Carlos no le gusta probar nada diferente, le agrada la monotonía y el agua bien fría. Ya está listo, vestido y arreglado. Se ha tomado el primer café de la mañana, con dos de azúcar le gusta a él.



Antes de partir mira su reflejo en el espejo de la entrada. Lo que aparenta debe aparentarlo bien. De su casa a la estación tararea aquellos temas que rondan por su cabeza mientras que al mismo tiempo observa a las personas, que como él, se preparan para ir un día más a trabajar.



Mientras espera su respectivo bus pierde las esperanzas de poder ir cómodamente, aunque sea de pie. Hay mucha gente a su alrededor y eso de verdad molesta a Carlos. No soporta sentir el respirar de otra persona. No soporta sentir las manos de otra persona. Pero sobre todo no soporta a todas aquellas personas que van con él.
Le rompe el alma tener que ver a tantas mujeres y a tantos hombres que perdieron sus sueños, que se rindieron y permitieron que sus sueños quedaran en el olvido. Mira el rostro de todas esas personas y se siente como cuando se mira en un pozo tan profundo que no sabes dónde queda el fondo,pero que sin embargo sabes que no tiene nada valioso y que por eso ni la luz llega hasta allí.



Pero de tanto compartir, vivir algunos minutos,escuchar conversaciones que no escuchar, ver tantos besos que a él nadie le da,ha logrado descubrir algo…



- Hay algo que les roba una sonrisa. Hay algo que les permite sentir que tanta espera ha valido la pena. Hay algo por lo que existir.



Después de dos o tres paradas es su momento de sonreír. El hombre que estaba frente a él se ha levantado dejando libre su lugar, ahora él lo puede tomar. Y cuando digo tomar su lugar, me refiero a eso mismo, ahora Carlos puede ser como ese hombre. Puede ser lo que él quiere ser,puede hacer lo que él quiere hacer.



Puede pensar en qué hacer después porque su cabeza ya está en calma, sus sentidos en orden y su cuerpo cómodamente.



La espera ha valido la pena.
A la silla roja llegó al final del día.
La vida ha valido la pena

NombreLutxOspina Manzano
Emailluchospinama@hotmail.com


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